2022-09-06
Por Javier Vergara Petrescu
Director Ejecutivo Ciudad Emergente (Twitter: @vergarapetrescu @ciudademergente)
Para nadie es noticia hoy la gravedad de los efectos que está produciendo el cambio climático en Chile y en el mundo. Las recientes olas de calor en Europa superando 40 grados de temperatura y la sostenida sequía en nuestro país no son más que el resultado de décadas de inacción por parte de gobiernos, empresas y de la sociedad en general. Y es que el problema del cambio climático pareciera que no es algo que las personas se sientan con el poder de resolver. Por ejemplo, en una encuesta realizada por Ciudad Emergente, una de cada cuatro personas mencionan que la responsabilidad de reducir la contaminación del aire de Santiago no es tarea directa de uno como individuo, sino por el contrario, de las autoridades que dirigen la ciudad.
Es totalmente correcto afirmar que son nuestras autoridades las llamadas a liderar estos cambios, pero honestamente, ¿Cree usted que la capacidad de respuesta está hoy a la altura del desafío? ¿No será que nosotras y nosotros, la ciudadanía de a pie, empresas, academia y sociedad civil en general estamos llamados también a realizar un cambio urgente que empuje o apoye los esfuerzos que le competen a la institucionalidad pública? Así nace la alianza por la acción climática que hoy en Chile impulsa soluciones donde todos podemos hacernos parte. Una de estas tiene que ver con cambiar nuestros hábitos de transporte para reducir drásticamente nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir así los compromisos que tomó Chile por el Acuerdo de París en las contribuciones nacionalmente determinadas (NDCs por su sigla en inglés). Entonces, ¿Cómo nos podemos hacer parte? Sencillo. Cambiando viajes en auto por viajes en transporte público y/o la bicicleta.
Los datos de la Federación de Ciclismo Europeo nos ayudan a comprender la magnitud del cambio. Cada vez que uno decide viajar en automóvil particular emite 10 veces más contaminación que un viaje hecho en bicicleta. Un viaje en vehículo emite 271 g de CO2 por pasajero por kilómetro, versus 21 gr de CO2 emitidos por el mismo viaje en bicicleta. La oportunidad de hacer este cambio es enorme considerando que según la encuesta Origen Destino de la Región Metropolitana, el 50% de los viajes en la ciudad son menores a 5 kilómetros de distancia, es decir, un viaje perfectamente plausible de hacer en bicicleta. En países como Suecia, para evitar viajes de corta distancia en automóvil lanzaron la campaña “No más viajes ridículamente cortos en automóvil”. Sin duda, campañas de sensibilización como esta son efectivas cuando las decisiones de cambiar de hábito en cómo uno se mueve van acompañadas de la necesaria infraestructura para pedalear seguro por las calles de la ciudad.
Es por esto que la Alianza por la Acción Climática junto a Ciudad Emergente estamos impulsando Ciclovías por la Emergencia Climática, una iniciativa, que a través de la campaña Dona 1 mt de Ciclovía de Emergencia, invita a que tú seas el primero en construir la ciudad que queremos, donando metros de ciclovías de emergencia en todo Chile, comenzando por aquellas comunas con menor infraestructura para viajar en bicicleta. La campaña no busca reemplazar la inversión que hace el Estado en ciclovías, sino más bien acelerar la existencia de estas infraestructuras a través de donaciones de personas naturales y/o empresas para ejecutar ciclovías piloto de rápida implementación que luego son consolidadas con recursos públicos. El primer tramo de esta campaña busca construir 1.2 km de ciclovías en Renca. Aún nos faltan donaciones para completar este primer kilómetro, pero queremos ir mucho más allá y hacer de esta primera ciclovía por la Emergencia Climática un ejemplo de cómo podemos aportar al cambio urgente que debemos adoptar. Si quieres apoyar esta iniciativa por la acción climática, te invitamos a sumarte a nuestra campaña Dona 1 mt de Ciclovía de Emergencia, comenzando por Renca y buscando llegar a todas las comunas de Chile. ¿Te sumas?